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¿QUIÉN GANA CON EL LIBRE COMERCIO?

Al abrir las fronteras al comercio internacional, el flujo de comercio estaría orientado hacia aquel país donde los precios son más altos. Supongamos el precio del arroz, en un caso hipotético del libre comercio con la comunidad internacional el flujo sería hacia Colombia, país en el cual el precio está por encima del precio internacional. La consecuencia de estas importaciones a menor precio automáticamente significaría una disminución en el valor del producto nacional en el mercado. Al haber un menor precio en el mercado debería asumirse que los consumidores tratarían de comprar más arroz, especialmente los de menores ingresos que tratan de elegir la cesta de consumo que les genere el menor gasto y les brinde la mayor satisfacción a sus necesidades nutricionales a nivel familiar. Hasta aquí, el consumidor aparece como el primer beneficiario del libre comercio porque probablemente va a pagar menores precios y va a aumentar su consumo. Esto en la teoría suena bastante bien y es socialmente deseable, pero en la práctica las cosas son un poco diferentes, porque no hay que confundir el libre comercio con la competencia perfecta. En Colombia no hay competencia perfecta, y cuando se ha importado, el resultado neto no ha sido menores precios para el consumidor, en la mayoría de las ocasiones los precios del arroz importado tratan de igualar al precio nacional. Hay otra evidencia que ocurre en los países más desarrollados como en el caso de los Estados Unidos, que a pesar de producir la materia prima (arroz paddy), el producto terminado ofrecido al consumidor tiene casi tres veces el producto de Colombia hoy, a pesar de ser el líder del libre comercio. El productor en esta situación de importaciones enfrentando menores precios es un perdedor neto porque si cultiva el mismo hectáreaje los costos de producción no van a variar porque haya más o menos importaciones de arroz y, sin embargo, su ingreso es menor y desde luego su nivel de utilidades también. Aparecerá automáticamente otro ganador en la escena y es el comerciante que regularmente es el mismo importador que podrá manejar mayores volúmenes de producto a menores precios. La sociedad como un todo probablemente perderá porque la generación de empleo rural disminuirá al no tener el agricultor la posibilidad de sustituir la producción de arroz por otro cereal más rentable como ocurre hoy en nuestra agricultura. Al estar desempleado su capacidad de compra será mínima y no importa a qué precio este el arroz si no tendrá con que comprarlo. En conclusión los beneficios de libre comercio se concentran en manos ajenas al sector agrícola y las pérdidas se socializan en el sector productivo, sin que los consumidores observen grandes beneficios.