El VII Congreso Nacional de Arroceros celebrado en el año de 1960, dio inicio a la formación de lo que más adelante se constituyera en el gran apoyo de los agricultores para el desenvolvimiento de la Investigación, transferencia de tecnología y la comercialización propias del cultivo y estableció una cuota voluntaria para el Fomento Arrocero equivalente a cinco centavos por cada kilo de arroz cáscara (paddy) cosechado y producido por sus afiliados. Este recaudo, cuya base no sobrepasó el diez por ciento (10%) de la producción total, se percibió hasta 1964.
Esta decisión inicial del evento Arrocero, llevó a que el Congreso de la República expidiera la Ley 101 de 1963, por medio de la cual creó con carácter parafiscal y de obligatorio cumplimiento para todos los agricultores del cereal, la Cuota de Fomento Arrocero y facultó a la Federación Nacional de Arroceros para percibirla directamente de las entidades que compraran o beneficiaran el grano. Así mismo en 1964 el gobierno promulgó el Decreto 1649 mediante el cual reglamentó la Ley 101 y se inició el recaudo de los fondos.
Veinte años más tarde la Ley 101 fue modificada por la Ley 67 de 1983, estableciendo como Cuota de Fomento Arrocero el 0.5 por ciento del precio de venta de cada kilogramo de arroz, porcentaje que aún permanece vigente.
La Ley 67 de 1983 reglamentada por el Decreto 1000 de 1984, estableció el Fondo Nacional del Arroz y determinó que los recursos de dicho Fondo se aplicaran a la ejecución o financiación de programas de investigación, transferencia de tecnología, comercialización, en armonía con las metas y políticas trazadas por el sector rural y la actividad agrícola dentro del Plan Nacional de Desarrollo, de manera que se consigan beneficios tanto para los productores como para los consumidores nacionales.