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Arroceros, la meta es transformarse para ser competitivos

A pesar de que la industria arrocera es considerada como una de las de mayor actividad y de mayor fuente de empleo en los 215 municipios donde se desarrolla, eso no le será suficiente para enfrentar los retos que trae el TLC con Estados Unidos, y que le exigirá a los productores y al Gobierno trabajar en temas clave que les permitan ser más competitivos. Según Rafael Hernández, gerente general de la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, aunque la entrada en vigencia del acuerdo con el país del norte se dará de manera progresiva, es necesario mirar con detenimiento desde ya qué estrategias se adoptarán para mejorar los resultados. Frente a esta situación, el sector privado, que desde hace años se venía preparando en materia de productividad y genética, ahora tiene que enfocarse en el cambio climático, que aunque pareciera que no tiene relación con aspectos comerciales, actualmente define si un subsector es rentable o no, y si está en capacidad de cumplir con los pedidos y expectativas de los compradores internacionales. Para eso, Hernández aseguró que los arroceros ya empezaron a incluir y a usar el conocimiento tecnológico obtenido en las últimas cuatro décadas, todo desde un punto de vista de transformación integral, lo que le permitirá, mientras se ajusta al nuevo clima, mantener la generación de empleo. Frente al acuerdo De cara al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, uno de los proyectos es consolidar una política expansionista basada en los subsidios, la cual impulsará aún más el desarrollo de la industria, y al mismo tiempo propenderá por la seguridad alimentaria. Según lo establecido en el acuerdo, Colombia recibirá de los productores estadounidenses un contingente de 79.000 toneladas de arroz blanco, cantidad que equivale al 5% del consumo nacional. Y aunque esa participación pareciera baja, no dejará de afectar la producción nacional, y más si se tiene en cuenta que el arroz de Estados Unidos es, en promedio, 50% más económico que el producido en el país. Ante la realidad colombiana, el sector ya busca incrementar la producción mientras se disminuyen los costos y se adoptan nuevas tecnologías. De hecho, para el mediano plazo se busca una producción de dos toneladas por hectárea, así como una reducción de 20% en los costos. Aunque se trata de proyectos que no se darán ya, si hay metas para el 2012, como es el caso de apoyar a los productores con recursos por $17.000 millones, de los cuales $12.000 millones, que provienen del Fondo Nacional del Arroz, se invertirán en investigación técnica y económica, trabajo que dará como resultado la reconversión de los productores a métodos más eficientes que le den mayor sostenibilidad al sector frente a la competencia que se avecina. Con disponibilidad de recursos para el sector La masificación del uso de nuevas tecnologías, aunque es una de las estrategias que ya se empezó a adoptar, no será suficiente para competir en igualdad de condiciones frente a productores más competitivos. Según el gerente general de la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, Rafael Hernández, estos procesos deben ir acompañados de un ajuste en los precios de las materias primas necesarias para el sector, lo que debería permitirle a los empresarios contar con más recursos disponibles para proyectos como, por ejemplo, los relacionados con el secamiento y almacenamiento del arroz. Rafael Hernández Gerente general de la Federación Nacional de Arroceros "Con el tratado de libre comercio se acordó un contingente de 79.000 toneladas de arroz blanco, que equivale al 5% del consumo nacional". Alberto Mejía Agricultor "para el 2012 existe una gran preocupación debido a los efectos del cambio climático, pues este ha modificado el comportamiento de las plantas de arroz".

TOMADO/5 DE ENERO 2012