Mientras gremios, empresarios y autoridades gubernamentales, de cara a los tratados de libre comercio, se preocupan por temas como la reducción de los aranceles, las cuotas de importación o exportación y los tipos de productos a comercializar, son pocas las voces que han salido a denunciar que el sector agrícola no cuenta con la suficiente y calificada maquinaria para asumir los retos que proponen los diferentes acuerdos comerciales. Diversos balances realizados por firmas como Econometría o importadores de vehículos, como Derco, indican que en Colombia se vendieron el año pasado entre 1.600 y 2.000 tractores, una cifra que dista de otras economías latinoamericanas como Chile, con 3.000 unidades comercializadas aproximadamente; Argentina, con 5.700 tractores nuevos en 2011 y ni hablar de Brasil, un titán agroindustrial que el año pasado requirió más de 53.000 máquinas de este tipo. El atraso que tiene el mercado colombiano es de tal magnitud, que los 5.678 tractores que integraban todo el parque automotor del país en esta categoría hasta junio de 2010, según el anuario estadístico del Ministerio de Transporte, equivalen a lo que comercializó el mercado argentino en tan solo un año. Y para causar más asombro, según estadísticas de la Cámara Venezolana de Distribuidores de Repuestos, Equipos Pesados y Agrícolas (Cavedrepa), el parque de tractores en Colombia es mucho menor a las 25.000 unidades que reporta un país más pequeño como Venezuela. Para el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, son tres las razones que fomentan el hecho de que Colombia esté rezagada en el tema de maquinaria agrícola frente a otros países de la región: falta de capital del agricultor, tamaño de los terrenos y ausencia de una política de reposición de las unidades de vieja data. 'En comparación con otros países de América Latina, en Colombia estamos muy atrasados en el tema de maquinaria agrícola, porque no son solo tractores de mayor tecnología o de mayor potencia los que necesitamos, también es indispensable tener sembradoras, cosechadoras, rastrillos, entre otros', dijo Mejía. El vocero agregó que la mayoría de los agricultores del país poseen fincas de áreas muy pequeñas, situación que no solo habla del escaso capital que tienen estos propietarios para adquirir un tractor de más de $120 millones, sino que además plantea un escenario donde no es una necesidad trabajar con maquinaria agrícola sofisticada. 'El tercer elemento que influye en que Colombia tenga un bajo número de unidades de tractores es la ausencia de una política oficial estructurada para hacer el cambio de las máquinas que ya tienen muchos años en operación o que no vienen con las últimas tecnologías de los fabricantes de este tipo de vehículos', señaló el presidente de la SAC. Obsoletos y de poca potencia Para el presidente de la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), Rafael Hernández, el problema no es que no haya maquinaria adecuada y moderna para trabajar el campo. En su opinión, la falla está en que los propietarios de los cultivos no tienen los incentivos o subsidios necesarios para hacer una inversión de este tipo. 'Colombia está rezagada en el tema de equipos para la agricultura, y esta es una actividad que refleja el crecimiento económico de un país. Un gran porcentaje de las máquinas o tractores están obsoletos, tanto por su tamaño o motor, como por los años de uso. Así mismo, por los altos precios son muy pocos los tractores que se compran con más de 100 caballos de potencia. El grueso de los equipos oscila entre 70 HP y 80 HP, a pesar de que al país llegan máquinas de última generación ', indicó Hernández. Los agricultores de arroz en la zona de los Llanos Orientales son un ejemplo de la caducidad en la maquinaria agrícola. Según un censo hecho por Fedearroz en 2007, se observó que de los 1.304 tractores en manos de arroceros, el 44,5% de los tractores era obsoleto, el 16% estaba a punto de terminar su vida útil y solo un 31,7% era de tractores nuevos. 'Por este tipo de situaciones es que nos hace urgente activar el programa Amtec (Adopción Masiva de Tecnología), para el cual necesitamos en los próximos cinco años una suma de $485.000 millones. De este monto total, es urgente tener entre el 60% y 70% en un plazo de dos años', explicó Hernández. El presidente de Fedearroz resaltó que para que esta realidad cambie, debe intervenir la fuerza financiera del Gobierno. Una oportunidad comercial Mientras las estadísticas reflejan que Colombia se quedó frente a la mayoría de sus pares de la región, para los importadores esto se traduce en oportunidades. Colombia es un mercado con un gran potencial en tractores y equipos. Se estiman que las zonas de desarrollo agrícola son cercanas a los 34 millones de hectáreas, siendo utilizado no más que un 15% de esta superficie. Esto es una gran oportunidad comercial, pues Chile, por ejemplo, con 3,5 millones de hectáreas tiene ventas cercanas a las 3.000 unidades', dijo Germán Araneda, gerente general de Derco Colombia, importador de las marcas Valtra y Landini. Precios bajos y topografía nacional muy particular Para el gerente de CMV Agroindustriales, Camilo Martínez, el territorio local no se puede comparar con Brasil porque su extensión y topografía son diferentes. 'Excepto en el Valle del Cauca, el país tiene una geografía accidentada lo que impide el uso de grandes equipos. Así mismo, es necesario recordar que antes no se invertía en el campo por la seguridad. Otro dato que hay que destacar es que los tractores no pagan aranceles, lo que es una clara ventaja. Venimos creciendo, dijo. Las opiniones Rafael Mejía Presidente de la SAC "Comparado con otros países de la región, estamos muy atrasados en todo tipo de maquinaria agrícola, no solo tractores. Una de las principales razones es que no hay créditos". Germán Araneda Gerente General de Derco Colombia "Colombia tiene un gran potencial de desarrollo en tractores y equipos. Se estima que las zonas agrícolas son cercanas a los 34 millones de hectáreas y se usa no más que un 15%". Rafael Hernández Presidente de Fedearroz "Claro que llegan tractores de alta tecnología al país, pero son pocos los agricultores que pueden acceder a un préstamo de $120 millones o $180 millones para comprarse un tractor de ese nivel".