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Practica desde hace 8 años el arte de escribir en arroz

Villahermosa, Tabasco, México - "Este señor tiene los lentes de aumento integrados", bromeó uno de sus clientes, mientras lo miraba escribir lenta, pero firmemente. A las afueras del parque museo La Venta, Salvador Hernández Gómez, desde hace ocho años ofrece a los visitantes la oportunidad de portar como amuleto una pequeña cápsula que guarda un nombre plasmado sobre un grano de arroz. Poca gente sabe cuánto puede medir un grano de arroz, lo cierto es que los más largos pueden llegar a medir hasta seis milímetros. En ese pequeño espacio salvador escribe nombre y si no es muy largo también el apellido y lo decora con pequeñas figuras como corazones, caritas, o incluso paisajes. Por eso es que desde hace una década practica desde hace siete años lo que él llama "el arte de escribir en granos de arroz". La decisión de aprender la tomó un día cualquiera motivado por el desempleo. Cuando se dio cuenta que poseía la habilidad de escribir en la superficie de un grano de arroz, decidió emprender un pequeño negocio que hasta la fecha le ha permitido subsistir, por menos de 15 pesos mexicanos (alrededor de 2000 pesos colombianos) por cada cápsula que vende. "Lo primero es tomar el grano y limpiarlo un poco, luego escribimos sobre él, lo detallamos, lo metemos en una capsulita, lo llenamos con un poco de líquido y luego lo sellamos, todo lo necesario para terminar la cadenita, lo hago en mi casa", explicó. Y es que muchos se asombran de lo que puede hacer y otros ven el detalle como un regalo valioso o un recuerdo que llevarse a casa. En la lista de nombres figuran los cortos como Rosa o Raúl y también largos como Adriana o Alejandro. Si la persona desea plasmar su nombre completo, con apellidos y todos, Salvador utiliza otro grano de arroz, lo que añade un valor de 5 pesos al producto final.