Guayaquil, Ecuador - A lo lejos parece que estuvieran retirando el moho verde de una pileta, pero no es así. El profesor Mariano Montaño y un grupo de alumnos practican la técnica para desarrollar un abono orgánico y económico para dar calidad óptima a los cultivos de arroz y otros productos del país. El laboratorio es un pequeño estanque ubicado en el campus Prosperina de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), donde este investigador lojano comparte el proyecto con sus pupilos. Con sus manos retira las pequeñas hojas verdes del agua y las coloca en una funda plástica. Se trata del helecho acuático Azolla, considerado como una planta milagrosa por sus propiedades beneficiosas para la agricultura, debido a su alto contenido de nitrógeno que remplaza a los mejores fertilizantes elaborados a base de químicos. El docente explica que el Instituto de Ciencias Químicas y Ambientales de la Espol desarrolló este proyecto que consiste en sembrar al helecho para después utilizarlo como fertilizante en los cultivos. Montaño explica que el Azolla, que es una planta nativa del país, en sus cavidades alberga una bacteria llamada anabaena que fija el nitrógeno del aire, elemento esencial para la agricultura. Cualquier planta requiere para vivir de dos cosas fundamentales: el agua y el nitrógeno, indica el experto, quien añade que los arrozales son el medio propicio para que se desarrolle el azolla. El politécnico sostiene que primero se lo siembra en un estanque y luego se la pasa a los cultivos de arroz, donde el helecho crece y se reproduce rápidamente por el ambiente húmedo. La cantidad de nitrógeno que produce el en el arroz es de 500 kilogramos por ciclo de cultivo en una hectárea, pero la gramínea solo requiere de 60 kg, es decir que quedan 440 disponibles para aplicarlos al sistema agropecuario del país, agrega. El efecto que tiene el helecho en el arroz es impresionante, dice el experto, pues en las pruebas de campo ha determinado que una hectárea tratada con un fertilizante común como la urea se produce un promedio de 4 toneladas, pero con el azolla se puede cosechar hasta ocho toneladas. Por eso, el investigador de la Espol considera que al haber en el país unas 400.000 hectáreas dedicadas al cultivo del arroz, se puede contar con abono suficiente para el tratamiento de todos los cultivos del país. Nuestros arrozales a más de darnos el alimento se convertir en fábricas de fertilizante, manifestó Montaño. Al momento la Espol ha realizado pruebas en cultivos de arroz del sector de Salitre y Yaguachi, donde los productores pudieron constatar la eficacia de este método natural de abono. Actualmente el precio de un quintal es de unos 30 dólares y el costo por sembrar los helechos es mucho menor, asegura el investigador, mientras sostiene un puñado de la planta milagrosa. Montaño aspira a que las entidades públicas y privadas se interesen por este proyecto y acudan a la Escuela Politécnica para brindarles toda la asesoría técnica en este campo. Para ello puso a disposición su correo electrónico [email protected] para cualquier contacto. Si para una pasta dental se gastan grandes cantidades de dinero, ¿por qué no difundir este proyecto que ahorrará mucho dinero a nuestros agricultores que tendrán un potencial para desarrollar un producto fertilizante totalmente orgánico?, concluye.