Fuente: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. El Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Estupiñán Heredia, insiste en la necesidad de la inversión privada, nacional o extranjera, para impulsar el crecimiento del agro y mejorar el bienestar de la población campesina CALI, VALLE - El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Estupiñán Heredia reiteró la prioridad que le ha dado el Gobierno a dotar de tierra productiva a la población campesina del país. Insistió igualmente el ministro en la necesidad de la inversión privada, ya sea nacional o extranjera, para impulsar el crecimiento del agro y mejorar el bienestar de la población rural colombiana. Los programas que se implementarán con o sin acuerdo de paz, deben promover el acceso a tierras productivas a los campesinos y empresarios agrarios, en unidades de escala adecuadas y deben contemplar políticas para superar los conflictos de subutilización o sobreutilización de los suelos y recursos naturales, señaló el titular de la cartera agropecuaria. El ministro intervino en un conversatorio sobre La Paz la hacemos todos organizado por la Sociedad de Agricultores y Ganaderos del Valle, SAG, en donde se refirió al tema de las tierras baldías, al modelo económico agropecuario y a la necesidad de garantizar el cumplimiento de los presupuestos constitucionales. La aplicación acertada y sensata de las normas legales para evitar que se concentren los baldíos adjudicados a campesinos requiere entenderlas en el contexto de un ordenamiento productivo del territorio, que el país está en mora de hacer, con el fin de atraer inversion para la agricultura tecnificada de gran escala, señaló el titular de la cartera agropecuaria. Dijo que la situación legal de los inversionistas que adquirieron áreas superiores a la Unidad Agrícola Familiar debe ser definida en el ámbito de las autoridades judiciales y que al Gobierno le corresponde la tarea de consolidar un marco legal que le otorgue plenas garantías jurídicas a todos los modelos de desarrollo, sin importar su tamaño. El ministro informó que el Gobierno llevará al Congreso un proyecto de Ley sobre las necesidades reales que deben gobernar la entrega y administración de las tierras baldías de la Nación. Para que se regule de manera transparente y responsable todo este régimen de tierras sobre el cual no existen criterios de unificación, aún en el seno de los operadores jurídicos y jueces de la República, subrayó el jefe de la cartera agropecuaria. Dijo que el Gobierno del presidente Santos no ha esperado a que el país conozca los contenidos del acuerdo agrario de La Habana para echar a andar las tareas que tiene pendiente con el país rural. Señaló que en el escenario del posconflicto será posible multiplicar y hacer más eficientes los recursos que se destinan al sector, todo en el marco de la promoción del desarrollo rural con enfoque territorial. Indico que el Gobierno ha insistido en que el monopolio improductivo y rentístico de la tierra es un freno a la modernización económica y una grave limitación de la democracia, que exigen el ordenamiento social de la propiedad y la participación vigorosa de las comunidades organizadas en la formulación de sus programas. El gran mensaje del acuerdo de paz, debe contener la voluntad de aportarle al país un cambio, una nueva orientación que nos permita superar el atraso, las desigualdades y acometer las razones que justifican la existencia de los Estados, indicó Estupiñán Heredia. El ministro hizo un llamado al sector privado para que lidere los procesos de emprendimiento productivo y la búsqueda de mercados internos y de exportación, asegurando la reinversión de ganancias en la ampliación de la oferta de bienes y servicios para la población rural y urbana. El sector privado debe concurrir con las organizaciones sociales y las autoridades regionales para participar en los programas de desarrollo rural con enfoque territorial, aportando su experiencia y visión empresarial para la buena formulación y ejecución de los planes y actividades acordadas, subrayó. El verdadero alcance del acuerdo agrario en las conversaciones de paz será la superación del atraso rural y el pago de una deuda de justicia con el campesinado, principal víctima de la guerra interna. En La Habana no se acordará nada que el país no tenga la obligación de hacer si quiere tener desarrollo y paz y nada a lo cual los pobladores del campo no tengan derecho como ciudadanos, puntualizó el ministro de Agricultura.