Bogotá - Opinión- Publicado en el Diario El Tiempo 28 ene 2024 - Hoy es noticia recurrente los efectos de las altas temperaturas y la ausencia de lluvias, que se hacen evidentes en estragos medioambientales y alertas por el impacto en los sistemas productivos agrícolas, dentro de los cuales por supuesto el arroz tiene una importancia sobresaliente.
El sector arrocero ha estado preparándose desde hace una década, por cuenta de las acciones que implementó Fedearroz, al diseñar el programa de Adopción Masiva de Tecnología AMTEC, que nació de las preocupaciones que ya se advertían de la variabilidad climática y las generadas por la implementación a partir del 2012 del TLC con Estados Unidos.
Este hecho significó un desafío considerable teniendo en cuenta los precios mayoristas del arroz, pues en Colombia rondaba los 1.100 dólares por tonelada, mientras que en el país del norte mantenía cifras cercanas a los 500 dólares, dados los altos subsidios que han otorgado, brecha que representaba un obstáculo significativo para la competitividad del sector arrocero colombiano.
Una década después de la implementación del AMTEC, programa dirigido en todos sus componentes a la preservación de los recursos naturales, el sector arrocero colombiano registra significativos avances expresados en resultados positivos en términos de competitividad, marcando un hito en el avance tecnológico del cultivo de arroz en el país.
En el 2021, mientras Estados Unidos mantenía sus precios de arroz blanco en los 500 dólares por tonelada, Colombia logró una disminución significativa, alcanzando niveles comparables con los de su contraparte estadounidense, reducción esta que muestra la mejora del arroz colombiano frente al mercado internacional.
En la actualidad, los mayores costos de producción derivados de las condiciones climáticas y los inconvenientes logísticos y conflictos internacionales, ha hecho que Estados Unidos esté experimentando un aumento en sus precios, rondando los 730 dólares la tonelada de arroz blanco, que al sumar los costos del transporte llegaría a Colombia a 850 dólares, cifra por encima del valor del arroz colombiano, en el mercado mayorista. Esto indica claramente que se ha venido cerrando sustancialmente la brecha de competitividad, como efecto de la aplicación de los programas de adopción de tecnología, que no deben detenerse, sino por el contrario fortalecerse ante la severidad del cambio climático que el conjunto de la población está experimentando.
Es esta una razón de peso que lleva a considerar como de enorme importancia, continuar aunando esfuerzos entre el gremio y el gobierno nacional, para impulsar todos los programas que han permitido los avances anotados y que de no existir, pueden significar un retroceso enorme, debido al escenario difícil que plantea la variabilidad climática, que tiene unos efectos directos en términos de productividad, situación por la que hoy mucho más que antes, transferir la tecnología disponible a los agricultores es determinante.
No son menos importantes, las altas inversiones hechas por el gremio en plantas de secamiento, almacenamiento y trilla, que sumadas a las instaladas por los agricultores en los últimos años, han contribuido a reducir de manera significativa los problemas de comercialización durante la temporada de cosecha, aunque son necesarias inversiones de este tipo en otras zonas productoras del país como la Mojana.
Fedearroz recibe con beneplácito la manifestación pública expresada por la señora ministra de Agricultura, de acordar acciones conjuntas con el gremio para avanzar en el camino de la competitividad del sector arrocero, dentro de lo cual la asistencia técnica integral a los productores es una herramienta decisiva, que ya ha demostrado la optimización de las diferentes labores en el ciclo del cultivo, con resultados en medio de los cuales, destacamos la considerable reducción en el uso del agua y en la emisión de gases efecto invernadero, en correspondencia a los principios de conservación ambiental de nuestro programa AMTEC. Cada una de las prácticas que llevaron a estos avances deben ser implementados por todos los agricultores, para que tengan la capacidad de enfrentar los desafíos que se van presentando con el paso de los días.
Adicional al aspecto económico y tecnológico que ha sido fundamental para las trasformaciones en el sector arrocero colombiano en la última década, una prioridad ineludible que motiva las inversiones que impulsan la competitividad, es la seguridad.
La creciente preocupación por la inseguridad expresada en diversos hechos delictivos, ha generado la necesidad de un mayor esfuerzo conjunto entre el gremio arrocero y la fuerza pública, pues el clima de incertidumbre que hoy existe obstaculiza los esfuerzos y las inversiones en tecnología para mejorar la competitividad en todas las regiones del país. Es imperativo por lo tanto, que la fuerza pública continúe reforzando las acciones para garantizar un entorno seguro que permita a los agricultores desarrollar su actividad sin temor.
El arroz es muy importante en la canasta básica de los colombianos y sus productores son esenciales para garantizar la soberanía alimentaria del país. En un mundo donde los desafíos globales pueden afectar la disponibilidad de alimentos, es fundamental que Colombia los siga produciendo de manera eficiente y sostenible para satisfacer las necesidades internas y con la capacidad para llegar a contribuir al suministro mundial.
En este contexto, reiteramos que la suma de esfuerzos y experiencias entre el sector privado y el gobierno, es esencial para abordar los desafíos actuales. La voluntad de dialogar y encontrar soluciones conjuntas es un paso positivo de gran valor hacia el desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria del país.
Fedearroz confía en que con el respaldo y el compromiso continuo de las autoridades, también podamos superar los desafíos de seguridad y seguir avanzando en la senda del crecimiento y la competitividad en el sector arrocero colombiano, pilares fundamentales para garantizar un futuro próspero para todos los colombianos.