Política arrocera

27 de Julio de 2023

Importancia de la política arrocera

Durante muchos años desde Fedearroz hemos insistido a los diferentes gobiernos en la necesidad de soluciones estructurales a los problemas del sector arrocero, las cuales tienen que ver con las inversiones en infraestructura de bienes públicos, que hacen posible un mejor aprovechamiento de los avances técnicos alcanzados y el compromiso permanente de los productores.

El mejoramiento de la productividad y la reducción de los costos de producción en medio de mejores prácticas agronómicas que se vienen multiplicando gracias a programas como el AMTEC, son factores decisivos para que el arroz haya permanecido como factor de generación de empleo rural y elemento fundamental de la soberanía alimentaria.

Sin embargo, los resultados se ven enfrentados al efecto negativo de diversos factores como el mal estado de la infraestructura vial en zonas rurales; el enorme rezago en construcción, mantenimiento y adecuación de distritos de riego y reservorios y la inexistencia mecanismos de almacenamiento en finca.

Tales limitaciones hacen que la mayor área cultivada de arroz en Colombia sea estacional, que existan sobrecostos y demoras en el transporte de insumos y de la cosecha, la cual además debe ser almacenada en un volumen considerable durante el segundo semestre, para que en su comercialización se evite la inestabilidad de los precios.

Por esta razón es que existe desde la liquidación del Idema, el incentivo al almacenamiento de arroz, como herramienta que garantiza estabilidad en la

comercialización de la cosecha arrocera del segundo semestre, dando un ingreso justo al productor y otorgando al consumidor un alimento a costos razonables en épocas de menor oferta.

Así ha quedado claro durante años en las solicitudes reiteradas del gremio y forma parte de la deuda histórica del Estado con nuestro sector y con el campo en su conjunto, pues mientras no exista la infraestructura de riego que acabe con la estacionalidad de la cosecha, será necesario este instrumento a riesgo de un derrumbamiento de precios en perjuicio claro del agricultor y una posible reducción en oferta que afectaría al consumidor.

En medio de tal limitación, nuestra gestión ha impulsado varios programas de asistencia tanto al ciclo del cultivo como el proceso de comercialización de la cosecha, con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

Una de ellas ha sido la de dotar al sector de laboratorios de referencia para el control de la calidad del arroz que venden los productores a la industria molinera. Bien sabemos que el objetivo es lograr que el pago al agricultor corresponda a la calidad del arroz que estén entregando. Si bien este análisis a la fecha no es vinculante, el tener la referencia sirve al productor para ejercer un justo control en su transacción comercial.

Otro elemento es la auditoria de inventarios realizada por la Bolsa Mercantil de Colombia, información que venía siendo registrada de manera mensual en todo el país desde el año 2015, y ha servido de referente e insumo básico junto a los indicadores de área, producción y consumo, para evaluar las necesidades de

producto y definir niveles de almacenamiento e incluso tomar acciones oportunas para prever una sobreoferta o déficit en el mercado nacional.

Sin embargo, el último dato recolectado respecto de los inventarios se realizó en febrero de 2023 y desde ese momento no hay claridad de las cifras lo que dificulta de manera sensible el diseño de los instrumentos necesarios para la estabilidad del sector.

Otra herramienta diseñada por el gremio y apoyada por el Ministerio de Agricultura ha sido el uso de los recursos provenientes de Colrice, con el objetivo de prestar los servicios de asistencia técnica a los productores en el marco del programa AMTEC.

En el 2023 al igual que años anteriores, se solicitó la aprobación de dicha asistencia para que este esfuerzo, sumado a las inversiones del Fondo Nacional del Arroz en diversos programas de investigación técnica, se dirija a mejorar las prácticas agronómicas que han sido de gran valor para que los agricultores adopten la tecnología y con esto incrementen los rendimientos del cultivo y reduzcan los costos de producción.

El programa AMTEC ha tenido además incalculables impactos favorables en el medio ambiente por la reducción de uso del agua, el uso racional de insumos y agroquímicos, así como la reducción de quemas, entre otras prácticas, que pueden afectar los recursos naturales.

Hoy reiteramos nuestro llamado al Gobierno Nacional pues a pocas semanas del inicio de la cosecha del segundo semestre, no existe la aprobación para que el sector pueda continuar el con apoyo inmerso en tales medidas y que se resumen en garantizar un incentivo al almacenamiento, avalar el programa de asistencia

técnica y contratar la operación de los laboratorios de referencia y el registro de inventarios en la industria molinera.

Tales determinaciones son fundamentales para la permanencia de un sector como el arrocero, que pese a las limitaciones ha visto crecer sus niveles de competitividad en virtud de los programas tecnológicos implementados y el compromiso de nuestros agricultores.