Parta el coco, sáquelo de la cáscara y córtelo en trozos. Licúelo con 1 taza de agua tibia hasta obtener una pasta homogénea. Pase esta mezcla por un colador, presionando para obtener la mayor cantidad de leche de coco. Reserve. Vuelva a poner la pulpa del coco en la licuadora y licue con otras 2 tazas de agua. Cuele nuevamente para obtener la segunda leche de coco, que será menos espesa. En una olla mediana o un caldero, caliente la primera leche de coco con el azúcar y deje hervir hasta que se evapore todo el líquido. Cuando esto suceda, obtendrá el aceite de coco. Siga cocinando y revolviendo frecuentemente hasta que obtenga unos grumos de color café oscuro, en ese momento agregue el arroz y sofría por 1 minuto más, vierta la segunda leche de coco, el resto del agua y la sal.

Deje hervir a fuego medio hasta que seque todo el líquido y en la superficie del arroz aparezcan varios agujeros (ojos). Baje la temperatura al mínimo, tape la olla y deje cocinar durante 20 minutos hasta que el arroz esté blando.